Regreso
Aviso Importante:
Hace poco comencé mi primer año de universidad y, al parecer, subestime su dificultad u.u por lo tanto les informo que comenzare a subir fics durante estos días:
- Mi Distorsionado Destino - Día Lunes
- Soy Narcisista ¿Y Que? - Día Domingo
PD: Si me llego a atrasar con algún capitulo de "Mi Distorsionado Destino", únicamente en ese caso, lo terminare subiendo los Miércoles. Y, en el caso de "Soy Narcisista ¿Y Que?", lo subiré el Sábado.
Pero únicamente si me atraso!!!
Perdónenme por los inconvenientes, Los Quiere Zatsiel :3
Mi Distorsionado Destino - Ironías de la Vida
Capitulo Anterior: Decisiones Parte 4
A la mañana siguiente, todo transcurrió con completa
normalidad.
A la hora del desayuno, nos encontrábamos los miembros de la
familia manteniendo una conversación amena. Minato como Fugaku se los veía felices,
seguramente la habían pasado bastante bien durante todo su viaje de vuelta,
Naruko trataba continuamente de hablar con Sasuke a lo que el contestaba con
simples monosílabos.
Se los veía tensos, lo cual produjo en mi interior una gran
sonrisa de satisfacción.
Al contrario de lo que creía, mi hermana se comporto hacia mí
como cualquier mañana normal, seguramente lo hacía para no levantar sospecha
alguna de lo sucedido el sábado en mi cuarto, generando un desconocido
sentimiento de traición hacia ella.
No la comprendía, primero me trataba como si fuera algo
valioso, luego como algo descartable y, por último, como alguna especie de
carga.
¿En qué momento había cambiado tanto nuestra relación?
Sasuke no me había dirigido la mirada, en ningún momento,
logrando que un sentimiento de victoria
se apoderara de mi ser.
Minato deja de hablar con Fugaku desviando sus ojos hacia mi
dirección.
-Naruto ¿Cómo la pasaste en la casa de tu amigo? – tanto yo
como Sasuke nos observamos, intercambiando miradas, el que yo me fuera a dormir
en otro lugar durante esos días debía mantenerse en secreto ¿Cómo era que él lo
sabía? Y, según la reacción del bastardo, pude deducir que él no se lo había
dicho tampoco – es la primera vez que te quedas a dormir en la casa de alguien
¡preséntalo algún día! – trate de tranquilizarme para enfrentar la mirada de
Minato, si él veía algún tipo de vacilación de mi parte, seguramente
sospecharía que algo estaba mal.
-ok, uno de estos días lo traigo – sonrió alegremente – su
nombre es Gaara-Chan, lo conocí hace unas semanas en la escuela, es un buen
tipo, aunque algo callado – comienzo a reír divertido.
-¿y que estuvieron haciendo? - ¿Por qué mi padre debía ser
tan curioso?
-nada en especial, conocí a varias personas que también se
quedaron a dormir en su casa, paseamos por la zona, escuchamos música, miramos
películas, lo normal – me encogí de hombros de forma despreocupada
-seguramente debes de
apreciar mucho a tu amigo como para
quedarte a dormir durante tantos días seguidos – Sasuke enfatizo la palabra “Apreciar”
de manera desagradable, dejándome muy en claro su disconformidad y molestia. Mi
hermana lo observo de forma extraña, yo simplemente sonreí.
-sí, somos MUY unidos – su rostro comenzó a demostrar
lentamente la molestia que le provocaba mi situación actual – de hecho, es muy
probable que, cuando salga de la escuela, me valla para su casa – el levanto
una ceja.
-espero que la pases bien, pero recuerda de no llegar muy
tarde – yo le sonreí a Minato por su comentario.
-No te preocupes, no lo haré – el correspondió mi sonrisa.
Al terminar mi almuerzo, me levante de la silla, dedicándoles
una sonrisa a todos los allí presentes.
-Bueno, yo ya me voy yendo –
-¿Por qué no te quedas un rato mas así se van todos juntos? –
voltee sorprendido al escuchar la voz de Fugaku dirigirse hacia mi persona,
esto, sin lugar a dudas, era algo verdaderamente extraño de su parte. El se
encontraba nervioso, y levemente sonrojado, lo que me hizo cambiar mi
perspectiva hacia su persona. Seguramente, Fugaku, era alguien tímido, pero físicamente
no lo demuestra (aunque esto es simplemente una pequeña suposición mía)
Yo sonreí.
-prefiero irme caminando, a pesar de que tardo un poco más
que ellos, no estoy acostumbrado a que me vengan a buscar y me retiren en auto –
le estaba siendo, en cierta forma, bastante sincero, a pesar de tener otros
sentimientos ocultos, pero aun así, creía que esa escusa seria más que
suficiente. Lo cual fue confirmado cuando el asintió con la cabeza.
-lo entiendo, pero recuerda que si se te hace tarde, no
dudes en irte con ellos – yo sonreí como respuesta, retirándome del lugar.
-¡espera Naruto! – mi hermana comenzó a perseguirme hasta
agarrar mi muñeca derecha, provocando que yo, por auto reflejo, la apartara
bruscamente. Ya que por un segundo, tuve miedo de que ella se diera cuenta de
mis heridas. Naruko simplemente se paralizo, no la culpo, por lo general, yo no
era rudo con ella. Pero, el tan solo recordar el que tuviera sexo en mi cama,
mas el miedo que me generaba que se enterara de lo que hice este fin de semana,
eran cosas las cuales provocaban que mi cuerpo actuara contra mi voluntad.
-perdóname, simplemente fue un reflejo – logre sonreírle,
disminuyendo, de esa forma, la tensión en el ambiente. Como agradecía que nos encontráramos
ya fuera del comedor.
-no importa, tan solo, yo quería preguntarte un par de cosas
- ¿acaso esto es a lo que las personas llaman “Ironías de la Vida”? a pesar de
que debería ser yo quien la interrogara completamente, Naruko venia como si tuviera
el derecho de hacerlo. Esta relación se estaba volviendo demasiado retorcida
para mi gusto.
-¡Claro! Pero entonces ¿Por qué no nos vamos hacia el
living? No tengo mucho tiempo para hablar – ella sonrió.
-solo serán 10 minutos ¡no te preocupes! – caminamos tranquilamente
a través de los pasillos, ella lo hacia delante mío de forma despreocupada, y
yo observando detalladamente su espalda. Era increíble como el aprecio podía convertirse
en una sensación tan desagradable. Al llegar, ella cerró la puerta, mientras
que comprobábamos con la mirada el que no hubiera alguna persona por los
alrededores.
Nos miramos mutuamente a los ojos.
-primero te quería preguntar – hizo una pequeña pausa – vos y
Sasuke ¿hablaron de algo importante durante la noche? – sonreí a mis adentros
¿desde cuándo Naruko se había vuelto tan observadora?
-¿Por qué? – no ocultaría mi intriga, quería ver sus
verdaderos motivos.
-ayer a la noche, Sasuke estaba muy alterado ¡siquiera podía
estar a su lado! Nunca lo había visto de esa forma, entonces pensé que tu
tenias algo que ver en esto – yo me encogí de hombros.
-no lo sé, el paso por mi habitación diciendo que te saludara
porque estabas preocupada por mí, pero yo al decirle que estaba cansado pateo
mi puerta y se fue – era obvio que eso era mentira, pero ella no lo sabía, y no
quería que lo supiera. No tenía derecho a saber la verdad, a pesar de que sería
muy interesante el que ella se enterara.
-ya veo, la verdad es que si, estaba preocupada, pero nuca creí
que Sasuke te recriminaría eso – ella comenzó a irradiar felicidad a su
alrededor – el es tan amable y considerado conmigo – ese dolor tan conocido
para mi comenzó a palpitar en mi pecho, para luego tranquilizarse, ella
simplemente se estaba dejando llevar por una mentira mía, no había razón alguna
para que yo me sintiera mal por eso.
-¿y? ¿La otra pregunta? – la estaba apurando, no quería estar
demasiado tiempo a su lado.
-¡Ha! Si…. Otra cosa que te quería decir era…. – su rostro
se torno serio – Naruto, creo que deberías dejar de juntarte tanto con Sabaku –
yo la observaba incrédulo a sus palabras recién dichas ¿Qué no me juntara con
Gaara? ¡Quien le daba derecho a opinar sobre con quien debo juntarme y con
quien no! – pienso que él te traerá muchos problemas, después de todo, seguramente
ya conoces los rumores – no podía estar hablándome en serio – como que Sabaku está
metido con la mafia, o que él se prostituye por placer – nuestras miradas se
cruzaron por un segundo, provocando que ella se tensara y comenzara a temblar, después
de todo, yo estaba muy molesto por sus hirientes palabras ¿Cómo podía hablar así
de alguien que siquiera conocía?.
-esos son solo rumores, además, Gaara-Chan es una muy buena
persona – la mire de forma despectiva – es una lástima que alguien como tú nunca pueda entenderlo – pase a su lado, abriendo la
puerta – otra cosa – mi tono de vos cambio a uno alegre - ¿Cómo la pasaste este
fin de semana a solas con Sasuke? – Ella se sonrojo desviando la mirada – ok, les deseo lo mejor – y, dicho esto, Salí
del living mientras me sumergía en mis propios pensamientos.
Exactamente ¿en qué momento comenzaron a nacer estos
sentimientos de desprecio hacia ella?
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.
Había faltado a las primeras 2 horas de clase, no porque
hubiera llegado tarde, al contrario (me sobraron 5 minutos), sino que, en ese
momento, no quería tener contacto alguno con nadie, ni siquiera conmigo mismo.
Estaba acostado mirando las nubes pasar, esta era una
terapia que usaba para relajarme.
-Últimamente te veo mucho por aquí – me asuste al escuchar
la repentina voz, la cual desconocía su propietario, comenzó a observar
cuidadosamente mi alrededor, sorprendiéndome al no ver a nadie ¿a caso me
estaba volviendo loco? – Acá arriba – levante mi mirada hacia la parte superior
de la entrada para encontrar a la persona en cuestión. Esta se trataba de un
joven, que calculaba yo, debía de tener mi edad, ojos oscuros, pelo atado en
una coleta la cual terminaba en picos, un poco más oscuro que sus ojos. Se lo veía
despreocupado, como si no tuviera nada más que hacer.
-¿Qué haces ahí? O mejor dicho ¿Cómo llegaste a ese lugar? –
el me miro sorprendido, para luego reír - ¿Qué es tan gracioso? – me sentía levemente
ofendido, era un completo desconocido y sentía como si se estuviera burlando de
mi.
-nada, me parece raro que una persona que venga seguido a la
azotea de la escuela no sepa que hay una escalera para subir a este lugar – el señalo
a su derecha, confirmándome que si, si había una. Nunca me sentí tan estúpido (o
colgado) en toda mi vida ¿Cómo no había podido verla? – Al parecer eres alguien
problemático –
-¿problemático? ¿A qué te refieres con eso? Además, todavía no
me respondiste ¿Qué hacías ahí arriba? – el suspiro.
-sí que eres problemático, estaba haciendo lo mismo que vos
hace unos minutos, mirando las nubes – lo miraba desorientado.
-¿las nubes? –
-sí, las nubes – hubo un pequeño silencio, esta persona
¿realmente me estaba hablando en serio? – Cuando las veo, no puedo evitar
sentirme tranquilo, como si flotara, olvidando todas mis preocupaciones o
pensamientos – yo simplemente lo observaba, prestándole atención a cada unas de
sus palabras, por supuesto, podía entender perfectamente cómo se sentía.
-ne, puedo mirar las nubes allá arriba – él se sorprendió.
-sí, claro, no le veo el problema – yo sonreí complacido,
para a continuación, subir las escaleras, observándolo detenidamente.
Al juzgar por su contextura, podía confirmar que se trataba
de mi edad, y no solo eso, esa corbata roja la cual resaltaba de su uniforme
escolar negro me había permitido darme cuenta de algo sumamente importante.
-tú, estas en la clase S – el suspiro.
-sí, una muy problemática, desearía poder volver a la clase
A – yo reí divertido, acostándome a su lado, mientras ambos observábamos las
nubes pasar.
-mi nombre es Naruto, Uzumaki Naruto ¿y vos? –
-Nara Shikamaru –
El silencio se apodero del ambiente, uno cálido y
reconfortante, realmente, observar las nubes era algo completamente
tranquilizante.
-Naruto – yo lo mire – vos sos el hermano de Naruko ¿verdad?
– estaba intrigado ¿a qué venía esa obvia pregunta?
-sí, somos gemelos –
-ya veo…. ¿sabes? Me caes mucho mejor vos que tu hermana,
como decirlo, se parecen, pero son completamente diferentes – yo sonreí abiertamente,
era la primera vez que alguien me decía que prefería estar con migo en vez de
con mi hermana – aunque ambos son problemáticos – yo reí incómodamente, aun no
lograba entender su significado de “Problemático”.
-Shikamaru ¿puedo llamarte asi? – el asintió - ¿Por qué dijiste
que últimamente me veías mucho por aquí? – el suspiro.
-porque es la verdad – volvió a mirar las nubes pasar – cada
vez que estoy durmiendo o descansando siempre te encuentro en la azotea –
estaba nervioso ¿Qué aria si él hubiera escuchado alguna de mis conversaciones
con Gaara? No, seguramente ya las había escuchado – y cuando viene tu amigo del
tatuaje se ponen a hablar de cosas raras, son demasiado problemáticos – si, lo sabía,
había escuchado cada una de mis conversaciones con él, mis manos comenzaron a
sudar de los nervios y mi corazón se aceleraba – pero no te preocupes, no diré
nada, sería muy problemático hacerlo - ¿me estaría hablando en serio? Acaso yo
¿podría confiar en él?
-¿de verdad? – el me miro, para luego sonreírme.
-no lo voy a hacer – estaba un poco aliviado, pero la duda y
preocupación aun permanecía en mi mente.
Nos quedamos observando las nubes pasar durante horas,
logrando que, sin darme cuenta, terminara durmiéndome en ese lugar.
Si seguía durmiéndome en vez de ir a clase, seguramente lo lamentaría
en la época de exámenes.
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Nuevo Capitulo de Soy Narcisista ¿Y Que?
Acabo de Publicar un Nuevo capitulo de Soy Narcisista ¿Y Que?
Capitulo 2: Mi Dulce Fin de Semana
Las Cosas se pondrán entretenidas nyaaa!!!
Mi Distorsionado Destino - Decisiones Parte 4
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Estaba solo, solo en esa fría habitación la cual hacia
momentos atrás había sido testigo de mis gemidos y lamentos hacia Sasuke.
Sentía como era acariciado por una cálida mano, gentil,
reconfortante, me sentía como si fuera lo más preciado para esa persona.
Comencé a abrir lentamente los ojos, topándome con otros aguamarina los cuales
me observaban tristemente.
¿A que se debía esa mirada?
Extiendo una de mis manos hacia su rostro acariciándolo
dulcemente.
-No llores Gaara-Chan, yo estoy aquí – le sonreí lo máximo
que mis músculos faciales me permitían, el no estaba llorando, al menos no su
rostro, pero su corazón si lo estaba, era algo que con tan solo verlo podía
darme cuenta.
-no estoy llorando – y dicho esto, unas lagrimas comenzaron
a asomarse, el sostuvo mi mano gentilmente, aferrándose a ella como si de algo
preciado se tratase – no lo estoy – yo me reí de el por su actitud infantil
logrando que una sonrisa sincera apareciera en sus labios.
Trate de sentarme, pero tanto mi parte baja como el resto de
mi cuerpo dolía horrores, provocando que volviera a acostarme. Gaara me miro
asustado, a lo que yo simplemente me reí.
-al parecer no puedo moverme de aquí – el se acerco hacia mí,
sorprendiéndome, pero al darme cuenta que trataba de ayudarme a sentarme, tan
solo sonreí – Gaara-Chan, no te impacientes, si me dejas aquí un rato
seguramente podre moverme – él se sentía impotente, podía verlo con tan solo
observar sus ojos – además, quédate tranquilo que cuando pueda iré directo a
bañarme, si no lo hago después tendré problemas – yo reí divertido a lo que
Gaara simplemente me miro dudoso.
-¿a qué te refieres con eso? – no pude evitar explotar de la
risa, realmente Gaara cuando quería podía ser muy lindo e inocente.
-si tienes el semen mucho tiempo dentro de ti, después es
muy probable que te duela el estomago o expulses gases – se lo decía mientras
imitaba a Kakashi de forma divertida, provocando un sonrojo seguido de una risa
por parte de Gaara – pero dejando eso de lado – comienzo a observar lentamente
mi cuerpo sin mover la sabana que ocultaba mi miembro dormido – ese tipo sí que
se excedió, me costara mucho tapar esto, además, si así esta adelante, no me
quiero imaginar cómo tengo la espalda – suspiro sonoramente – lo bueno es que
antes de irse desato el obi de mis manos – Gaara comenzó a acariciarme
lentamente la cabeza.
-Naruto ¿ya estas mejor? – estaba serio, preocupado,
provocando que me recordara a mi dulce madre. Yo le agarre su mano mientras la unía
junto con la mía.
-sí, ya estoy mucho mejor, no te preocupes – le regale una
tierna sonrisa, provocando que se sonrojara. Sinceramente, Gaara podía ser muy
tierno si lo deseaba, aunque ni el mismo se diera cuenta.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
Luego de eso, Gaara me trajo el desayuno en la cama, al
parecer nadie más se encontraba allí dentro, por lo tanto pude desenvolverme
con tranquilidad.
Al terminar de bañarme y limpiar cada rincón de mi cuerpo,
el me prestó ropa la cual había ido a buscar de su casa. Mi celular estaba apagado,
no sé en qué momento lo había hecho, o si lo hizo alguna otra persona, pero en
ese momento me daba igual, quería tratar de olvidar el que vivía en la mansión
Uchiha, quería olvidar que ellos eran mis hermanastros, quería olvidar que
Naruko era mi hermana, todo, quería olvidar todo eso y solamente saber que en
este momento me encontraba junto con mi mejor amigo, riendo, dejando de lado a
todo el mundo que nos rodea.
A las 10 de la noche aparecieron los chicos del día
anterior, logrando, de esa forma, poderme disculpar con el joven que había
accedido a tener sexo con migo, ya que cuando nuestros cuerpos se volvían uno,
yo no pude evitar decir su nombre, no pude evitar sumergirme en esa ilusión de
que el que estaba arriba mío era Sasuke, y no un completo desconocido.
Esa noche también me había quedado a dormir, mientras me
divertía con todos los allí presentes, creando nuevos lazos y amistades, ya
que, a pesar de que parecieran personas muy raras, poseían un gran corazón, y
estaban dispuestos a ayudarme con cualquier cosa que me sucediera.
Al día siguiente, tanto Gaara como yo, faltamos a la
escuela, yo no quería regresar para verlos a ambos, y él no quería dejarme
solo. Aunque, siendo sinceros, estaba seguro que, por más de que yo deseara ir
a la escuela, mi cuerpo no lo soportaría.
Regrese a casa a las 8 de la noche, Gaara me dejo en la
puerta, no sin antes mostrar preocupación por mí, a lo que yo simplemente le respondí
“Tengo que ir a mi casa, no me queda de otra ¿verdad?” mientras sonreía
forzadamente.
Seguramente el sabia, al igual que yo, que si fuera por mí
no pondría ni un solo pie en ese lugar. Pero quiera o no esa era mi casa, era
mi hogar, y por más que sea el único lugar de la faz de la tierra el cual
desearía no pisar jamás, eso era algo que no se podía evitar.
Abrí las rejas de la parte delantera de la casa y camine
hasta la puerta de entrada, me quede observándola unos minutos antes de entrar,
era tan grande, tan imponente, que hasta daba miedo, pero era una barrera la
cual tenía que superar.
No había otra opción.
Coloque la llave, abriendo la puerta en su totalidad
obteniendo como bienvenida a un grupo de sirvientas las cuales con una sonrisa
y reverencia me decían “Bienvenido a Casa Joven Naruto”. No importa cuánto
tiempo me recibieran de aquella manera, esto no dejaba de ser incomodo para mí.
Rápidamente, subí decidido hacia mi habitación, cerrando la
puerta una vez entre en ella. Esta se encontraba completamente ordenada, como
si lo sucedido hacia días atrás fuera solo un sueño, alguna especie de mentira.
Pero yo no me engañaría a mí mismo, eso no había sido ninguna ilusión, no había
sido falso, eso sin duda había ocurrido, ellos 2 tuvieron sexo en esa cama, en
esta habitación.
Apretó mis puños fuertemente, me bañaría, y luego, dormiría
en una de las habitaciones de huéspedes, mañana les diría a alguna de las
criadas que me mudaría a otra habitación.
No quería siquiera tocar algo que ellos hayan echo con sus
manos llenas de sudor y placer.
Me desvisto tirando la ropa en cualquier sector del suelo,
para luego cerrar la puerta del baño, enciendo la ducha y comienzo a lavar cada
centímetro de mi piel.
No es como si ya no me hubiera bañado en el lugar donde había
dormido durante estos 2 días, es tan solo que quería hacerlo mientras era
observado por mi mismo en ese gran espejo el cual había sido testigo de mis
actos más indecorosos hacia mí mismo. Realmente tenía todo el cuerpo destruido,
en mi espalda se podía notar con claridad el que me habían azotado sin piedad
alguna y, para agregar, las marcas de chupones junto a mordeduras y algún que
otro corte todavía estaban completamente gravados en mi piel.
Cualquiera que me viera no dudaría en pensar que había
tenido sexo con algún sádico pervertido. Comienzo a ver mis muñecas, estas
todavía conservaban las marcas.
Suspire.
Escuche a alguien entrar por la puerta de mi habitación.
Estaba seguro que no eran ningunas de las criadas, ya que no había escuchado
que golpearan, además, tanto la “pareja feliz” como mis padres golpeaban al
entrar ¿Quién sería?.
-Dobe, asique al fin te dignaste a aparecer – mi cuerpo
comenzó a temblar, ya había apagado la ducha, por lo tanto podía escuchar su
vos con completa claridad, mi corazón comenzó a latir frenéticamente y mis
manos comenzaban a sudar – primero no quieres dejar a Naruko sola conmigo y,
repentinamente, desapareces por casi 3 días enteros – observo mi rostro a
través del empañado espejo, viendo con claridad el gran sonrojo que cruzaba mis
mejillas, no podía pensar con claridad, no entendía siquiera que era lo que él
me estaba diciendo – no sé si decirte mentiroso o si agradecerte – algunas
lagrimas comenzaron a caer por mis mejillas ¿a que se estaba refiriendo? – Bueno,
aunque gracias a ti pude tener la virginidad de tu hermana, así que donde
estuviste estos días me da completamente igual – comenzó a sentir como la ira
se apoderaba de mí ser junto con un gran dolor en mi pecho, esto no se quedaría
así, yo no quería sufrir más.
Le daría fin a esto de una vez por todas.
Abrí la puerta del baño, dejando al descubierto mi cuerpo
entero ante él, exceptuando mi miembro, el cual estaba cubierto por una toalla
la cual estaba amarrada a mi cintura.
Cruce mis brazos ante él y lo mire de forma altanera.
-pues felicitaciones ¿eso es lo que querías oír? ¿Ne? Sasuke
– mi voz era fría como también mi mirada. El simplemente me miraba de arriba
hacia abajo, como si estuviera analizando mis palabras junto con mi cuerpo. Por
supuesto, yo sabía que él, con tan solo verlo, no dudaría en sacar
conclusiones, las cuales de por si seguramente serian acertadas.
-Na-Naruto ¡qué significa esto! – por alguna razón la cual
yo desconocía, el se encontraba enojado, no, la palabra correcta seria
iracundo, sus ojos destellaban un color rojizo el cual nunca en mi vida había
podido ser testigo.
Pero eso no me importo, no quería que el siguiera dañando mi
corazón, no de esta forma.
-No te interesa – el golpeo la pared fuertemente, en un vano
intento de contener su ira.
-¿con quién? ¡¿CON QUIEN TUVISTE SEXO?! – yo sonreí
zorrunamente.
-Eso no te importa – el estaba a punto de replicar algo,
pero lo interrumpí – dime Sasuke ¿acaso fue divertido tener sexo con mi hermana
en esta cama? – Camine hacia mi objetivo, para luego, comenzar a rosar mis
manos en el acolchado – estar gimiendo una y otra vez el nombre de mi hermana
en la cama donde duermo habitualmente. No sabía que tenias esos fetiches –
Sasuke desvió la mirada, culpable como sorprendido, pero eso no me importo.
Camine hacia su dirección y, tironeando su remera hacia mí
de forma en que nuestros rostros estén lo más cerca el uno del otro, lo bese,
fue un beso salvaje, demandante, el cual yo en todo momento tuve el control,
para luego empujarlo fuera de mi cuarto.
-Si vuelves a hacer algo como eso en MI cuarto, lo pagaras caro, Uchiha – y, dicho esto cerré la puerta en su cara, asegurándola con
llave.
Mi cuerpo comenzó a temblar mientras caía lentamente hasta
poder sentir el frio suelo. Lo había besado, había logrado darle un beso, no me
importaba el haberlo forzado a hacerlo, no me importaba el que no me haya
correspondido.
Esos labios, esa lengua, esa sensación, se quedaría grabada
en mi mente por años.
Ya que nunca lo olvidaría.
Trato de tapar mi sonrojado rostro con ambas manos en un
inútil intento de ocultar mi felicidad.
Sin duda esto me traería problemas en algún futuro, pero no
me importaba, ya que este momento, esta sensación, era solo mía, ya que nunca
nadie podría robármela jamás.
Comencé a acariciar con la yema de los dedos mis labios.
“Eran tan suaves”
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Estaba destrozado, por más que ninguna lágrima cayera de mis
ojos, podía sentir como mi corazón lloraba interiormente. Era una sensación
extraña, única, pero no por esto significa que era hermosa, no, era excesivamente
dolorosa, era como si mi interior estuviera siendo desgarrado lentamente
mientras bloqueaba cualquier acceso que yo pudiera tener de oxigeno.
Gaara seguía mirando hacia adelante, ya habíamos estado
dando vueltas alrededor de una hora, y por alguna razón creía que, en realidad,
estábamos dando vueltas en círculos en vez de ir a alguna dirección fija.
Sinceramente, en alguna otra ocasión, esto sin duda me hubiera molestado, pero
en este momento no me importaba, cualquier escusa que usaba para desviar mis
pensamientos era inútil, totalmente inútil, ya que esa escena de ambos desnudos
mientras tenían sexo sobre mi cama no podía borrarse, no podía desaparecer de
mi mente.
Gaara me extiende con su mano derecha un pedazo de tela
negra.
-cúbrete los ojos con esto – sin duda alguna su petición era
rara, pero aun así yo confiaba en el, por lo tanto decidí acceder tapándome los
ojos con esa venda.
El auto continuo andando unos 10 minutos, para luego
detenerse. Gaara se bajo, abrió la puerta del acompañante y me guio llevándome
de la mano. Podía sentir como mis otros sentidos se agudizaban, como también
cierta inseguridad se apoderaba de mi ser, pero aun así decidí confiar, ya que el
sería la única persona que jamás me traicionaría.
Pude escuchar una fuerte música la cual resonaba en aquel
lugar y como Gaara abría varias puertas seguido de los murmullos de numerosas
personas las cuales no podía identificar.
¿Dónde estaba?
Subimos en un ascensor y nos bajamos, creo yo, en el tercer
piso para continuar caminando. Gaara golpeo 3 veces una puerta para luego, en
el lapso de 10 segundos, golpear nuevamente accediendo a la habitación. Una vez
entramos, el cerro la puerta.
-Sanbi – dijo Gaara para luego soltarme y alejarse de mí.
Escucho unos pasos enérgicos dirigirse hacia nuestra
dirección.
-¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡SEEEMPAAAAIIIII!!!!!!!!!!!!! ¡Te tardaste
mucho! Ya nos cansábamos de esperar a que tu horrible cara de mapache se
dignara a aparecer – era una voz alegre, juvenil, pero aun así le hablaba de
esa forma a Gaara, no pude evitar sentir cierta rabia en mi interior ¿Quién se
creía ese mocoso?
Escucho como sus pasos se acercaban a mi dirección,
provocando que yo retrocediera sin pensarlo.
-Ichibi ¿Quién es él? ¿Tu nuevo juguete? – me sentía
desprotegido, como si desnudo me encontrara, el me observaba desde varios ángulos,
sin embargo yo no podía ver nada ¿qué es lo que estaba pasando? – heeee…. No sabía
que Bateabas también para ese lado, bueno tratándose de una cosa como vos no me
sorprende – apreté mis puños fuertemente, maldito mocoso – además ¿Quién te
crees que eres como para irte sin explicación y regresar como si nada? – Seguía
hablando con un tono animado, como si sus palabras no tuvieran peso alguno y
por si fuera poco Gaara no respondía nada, simplemente se dejaba basurear por
esa escoria - ¿no vas a responderme? Ne, semp…. – lo interrumpo agarrándolo
fuertemente del cuello con la mano izquierda mientras me desato la venda de los
ojos con mi mano derecha.
-una palabra más, y te mato – hablaba en serio, a pesar de
que nunca hubiera matado a una persona, yo me atrevería a hacerlo si él no se
callaba.
El mocoso comenzó a temblar, no tenía más de 15 años y aun así
se dignaba a hablarle de esa forma a Gaara. Reforcé el agarre, haciendo que el nene
se retorciera por la falta de aire, seguramente el podía respirar, no le estaba
apretando demasiado fuerte, pero el shock de tal acto seguramente provocaba que
se moviera tan torpemente tratando de que yo lo soltara.
Que estúpido.
Comienzo a sonreír burlonamente hacia él, provocando que ese
mocoso comenzara a llorar ¿Dónde había quedado esa actitud confiada de hace
momentos atrás?
Siento como alguien apoya su mano en mi hombro, logrando que
yo me volteara a ver de quien se trataba. Gaara me estaba viendo, se encontraba
triste, provocando que yo soltara al niño. En cuestión de segundos, toda la ira
que sentía hacia el joven había desaparecido dando paso a un gran dolor en mi
pecho, por supuesto, yo no estaba acá para hacer cosas como estas.
Esa escena regreso a mi mente.
-Sanbi ¿Dónde está Rokubi? – el niño estaba tosiendo
mientras temblaba, por lo tanto al recibir la repentina pregunta de Gaara el se
tenso levemente.
-E-Esta en la sala – y dicho esto desapareció entre los
pasillos corriendo desesperado.
Gaara volvió a sostener mi mano fuertemente, al parecer el
tampoco se encontraba con muchos animos.
“Perdón, Gaara-Chan,
perdóname por meterte en esto”
Esas palabras si bien las pensé, no salieron de mi boca, ya
que yo no quería que lo hicieran.
Al llegar a la sala, 4 personas estaban charlando
animadamente, para luego desviar su mirada hacia mí, observándome
detalladamente, logrando que un gran sentimiento de incomodidad se apoderara de
mi ser.
-este chico que ven aquí es un amigo mío, su nombre es… -
hizo una leve pausa para luego continuar – Menma, es masoquista y quiere tener
sexo ¿Quién se ofrece? – yo lo miraba sorprendido ¿Menma? ¡¿A quién llamas
Menma?! ¡¿Y cómo mierda sabias de que yo era masoquista?!, suspire, era muy
probable el que lo dijera por la manera en la que sufro por ese bastardo, pero
aun así, esto era demasiado, además ¿A qué venía ese nombre tan raro?.
Gaara desvió su mirada seriamente, como si tratara de
decirme que no replicara nada, por lo tanto así lo hice.
Una joven la cual hace minutos atrás estaba indiferente
hacia nuestra presencia, comenzó a reír descontroladamente, ella poseía un
color de cabello bastante peculiar, el cual si no me equivocaba, era verde.
Estaba más que seguro que ese color lo había logrado conseguir con algún tipo
de tintura barata, aunque eso no era lo único raro en ella, ya que sus ojos
eran naranjas ¿acaso era algún tipo de moda el comprarse lentes de contacto de
colores tan llamativos? Aunque yo estaba más que seguro, con solo observarla,
que allá era una persona la cual le gustaba llamar la atención, es decir,
dejando de lado sus ojos y color de cabello ¿Qué persona en la actualidad va
vestida con una pollera y top verde fluorescente con unas medias ¾ fucsias? sin
contar las zapatillas del mismo color de la pollera y el top claro estaba. Esa
chica (la cual creía yo que estaba mal de la cabeza) seguramente debía tener mi
misma edad.
-Nunca, jamás en mi vida me hubiera imaginado que el serio y
frígido de ichibi nos vendría con algo como esto – comenzaba a sostener su
vientre con ambas manos en un vano intento de contener su risa.
Un joven de pelo
negro con ojos miel de, creía yo, 20 años, se acerco hacia mi observándome de
arriba hacia abajo. Ante este acto yo me tense levemente, su mirada era más
penetrante de lo que parecía.
Mi cuerpo comenzó a temblar sin razón alguna, para luego
poder observar como el extendía su mano derecha hacia mi posición, para luego
sonreírme.
-ven, te daré lo que tu deseas – yo desvié la mirada hacia
Gaara, como si esperara su aprobación, a lo cual el simplemente asintió para, a
continuación, caminar hacia el grupo de 3 personas de apariencia peculiar.
Al ver que no había algún indicio de respuesta negativa
hacia Gaara, yo simplemente le correspondí el gesto a aquella persona,
provocando que una leve sonrisa se escapara de sus labios. Comenzamos a caminar
agarrados de las manos, yo siendo guiado por él a través de sus pasillos.
Su apariencia era bastante peculiar, al contrario de los demás,
el llevaba puesta una yukata celeste la cual conforme ibas bajando la vista,
esta se tornaba cada vez mas y mas oscura, llegando a un azul intenso. Su piel
era completamente blanca, a tal punto que no pude evitar compararla con la de Sasuke,
otra vez ese dolor punzante apareció, si bien su cabello negro no era azabache,
sino opaco, no pude evitar también el compararlo.
Tal vez solamente debería dejarme llevar por mi imaginación.
Negué con la cabeza, si lo hiciera, solamente estaría
provocándome mas daño, si fuera posible, a mí mismo.
Entramos a una habitación, la cual tenía las luces
completamente apagadas y, una vez el cerro la puerta, tironeo fuertemente de
mis cabellos, para luego, revolearme hacia la cama.
Sentía como el mullido colchón hacia contacto con mi
espalda, desorientándome por segundos. El se coloco arriba mío desatando su
obi, para luego, usarlo para amarrar mis manos hacia la cabecera de la cama.
-Menma, eres alguien demasiado hermoso ¿lo sabías? – el me
gira bruscamente, provocando que yo no pudiera verle, mientras repentinamente
me desvestía completamente, dejando únicamente la remera la cual estaba
levantada en su totalidad, logrando el tener mi cuerpo entero a su merced.
Todo estaba ocurriendo demasiado rápido, tanto que no podía
evitar desorientarme. El vuelve a sostener mis cabellos con una de sus manos, echando
involuntariamente mi cabeza hacia atrás, mientras escucho un leve susurro salir
de sus labios.
-No te preocupes, esto sin duda alguna lo disfrutaras – una
corriente eléctrica surco mis sentidos, provocando que me excitara ligeramente.
Esto tal vez sea divertido.
El comienza a tocarme la espalda con ambas manos mientras
rozaba algo contra mi piel.
-¿sientes esto? – yo asentí levemente, aunque dudaba el que él
me hubiera visto por la escaza luz – esto violara cada centímetro de tu piel de
forma tan exquisita que hasta me da envidia – comenzó a clavar sus uñas
fuertemente, creando en mi cuerpo un camino recto el cual cubría mis muslos en
su totalidad – pero descuida, mientras que tú te portes bien, no te atare – mordió
de forma salvaje mi glúteo derecho, provocando que mi cuerpo se calentara aun
mas.
Sentía como él se separaba de mi lado, generándome cierta
inquietud, la cual duro unos segundos, siendo opacada por el dolor que me
generaba el que él me azotara con algo, una y otra vez, en cada rincón y sector
de mi cuerpo.
Pero esto, por alguna razón, no hacía más que excitarme, mi
cuerpo se tensaba a cada latigazo recibido por el, esto sin duda era único, era
increíble. Comenzaba a morder la almohada mientras soltaba pequeños gemidos de
dolor combinados con placer. Giró bruscamente mi cuerpo, pudiendo verle su cara
de satisfacción junto a su miembro erecto, lo deseaba, se me notaba en la
mirada.
-¿Qué pasa? ¿Acaso deseas esto? – el señalo a su miembro
mientras que yo asentía levemente – pues pídemelo – yo lo miraba a los ojos,
por unos segundos, solo unos segundos, mi vista se nublo, generando que yo
tenga una pequeña ilusión.
Ese chico de ojos miel ya no estaba, en su lugar se
encontraba Sasuke, mirándome prepotentemente, esperando que yo le dé una
respuesta correcta.
-por favor, déjame lamerlo – el sonrió de forma altanera acercándose
hacia mí.
El en ningún momento me desato, yo simplemente jugaba con su
miembro únicamente con mi boca, mientras lo rodeaba con mi lengua. Podía sentir
su penetrante mirada posada sobre mí.
-no lo haces nada bien – comenzó a estimular mi entrada con
sus dedos de forma brusca sin haberlos lubricado anteriormente, provocando en
mi cierto malestar – eres bastante inútil – con su otra mano forzó a mi cabeza
a bajar, generando que me ahogara con su gran miembro – tienes que hacerlo
hasta el fondo, sino no servirá de nada – agarro mis cabellos con fuerza
mientras movía mi cabeza conforme al ritmo que él deseaba.
Me sentía usado, una simple puta la cual el desecharía luego,
pero aun así no me importaba, al contrario, este solo pensamiento generaba que
mi excitación aumentara el cual, luego de un pequeño espasmo de dolor combinado
con placer, eyacule toda mi esencia.
Me sentía avergonzado, el simplemente haberme excitado tanto
que provocara que toda mi esencia saliera en tan poco tiempo no era algo de lo
que estar orgulloso.
El comenzó a reírse y, a continuación, separo mis piernas
dejando mi entrada completamente al descubierto.
-¿Quién te crees que eres para venirte sin mi permiso? – estaba
serio mientras que comenzaba a introducir la punta de su miembro en mi estrecha
entrada – te castigare por eso – y, dicho esto, introdujo su miembro
completamente provocando que me arqueara de dolor, yo no había sido preparado correctamente,
sin contar que yo llevaba demasiado tiempo sin realizar algún tipo de acto
sexual, aunque, si bien había estado masturbándome, eso no se comparaba a tener
sexo real.
Mi vos no salía y algunas lagrimas comenzaban a salir.
-no Sasuke, espera – el había comenzado a moverse
lentamente, provocando que yo no pudiera decir palabras coherentes.
Se sentía doloroso, pero maravilloso al mismo tiempo, el
solo pensar que Sasuke me estuviera penetrando ya era motivo suficiente de mi
alegría.
Aunque yo sabía muy bien que esto no era más que una ilusión
mía, a pesar de que sabía muy bien que la persona que estaba dentro mío no era él,
aun así quería creerlo, gimiendo su nombre una y otra vez mientras era mordido
por él en diferentes sectores de mi pecho y cuello.
Ambos sudábamos mientras gemíamos descontroladamente, los
ritmos aumentaban, el placer continuaba, algunas lágrimas comenzaron a caer por
la excitación recibida.
-bésame, por favor Sasuke – el dudaba se lo veía, pero aun así
lo hizo, explorando salvajemente cada rincón de mi cavidad bucal mientras me
penetraba sin descanso alguno.
Sentía el final, mi cuerpo me lo decía, trate de decírselo,
pero su rostro reflejaba que ya lo sabía. Ambos nos vinimos al mismo tiempo,
estábamos cansados, nuestra respiración era irregular, el sacaría su miembro de
mi interior, pero yo no lo deje.
Simplemente lo abrase mientras muchas lágrimas comenzaron a
caer de mis ojos.
-perdóname, perdóname por decir su nombre cuando teníamos
sexo – el me abrazo protectoramente, ambos estuvimos en silencio un largo
tiempo, provocando que por el cansancio del acto recién hecho, me rindiera ante
los brazos de Morfeo.
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Mi Distorsionado Destino - Decisiones Parte 2
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El día de la verdad había llegado, si bien cuando le dije a Sasuke
que accedía a irme para que ambos estuvieran juntos fue algo completamente
desgarrador, nunca me imagine verle tan sorprendido. A causa de esto no podía evitar
pensar que tal vez se trataba de alguna especie de prueba hacia mí, una que
nunca espero que yo accediera, o al menos eso me dio a entender su rostro en aquel
momento.
Ya eran las 11:17 PM. Me había retrasado 1 hora del tiempo
acordado ¿la razón? Me colgué hablando con Gaara de estupideces sin sentido
alguno, provocando que olvidara el sentido del tiempo y, por si fuera poco, si
bien yo podría haber ido en remis o taxi hacia la mansión, mi brillante cabecita
considero que sería mejor ir corriendo para evitar sospechas.
Y es por esto que en este momento estoy completamente
agitado a 10 cuadras de distancia de mi objetivo.
Si que era el chico más brillante del mundo.
Quería detenerme a descansar por tan solo 5 minutos, pero
algo en mi conciencia no me lo permitía, como tampoco dejaba que aumentara el
ritmo. Para mi fortuna, no había nadie por las calles, haciendo que sea muy
poco probable el que yo me cruzara con alguna persona.
Si bien esto era algo por lo cual alegrarse, también era
algo que me dejaba intranquilo, odiaba como las calles eran únicamente iluminadas
por luces cálidas, como también odiaba este cielo tan oscuro, el cual era
iluminado únicamente por las estrellas.
Ya que hoy era luna nueva.
Justo como aquel día en el que mi vida cambio.
Mis piernas comenzaban a doler, pero para mí fortuna, solo
estaba a unos pocos metros. Al llegar, salte la gran reja la cual rodeaba el perímetro
de la mansión. Si bien el sistema de seguridad de allí era muy eficiente, una vez
que conoces por completo la casa, puedes lograr encontrarle sus fallas, laa
cuales en este momento pude aprovechar.
Comencé a contar las ventanas de la parte este, si no me
equivocaba, le había dicho a Elena (una de las criadas) que dejara abierta la
ventana numero 7 de la planta baja, al tratar de abrirla, comprobé que,
efectivamente, ella había hecho un buen trabajo.
Luego me encargaría de cumplirle el favor que me había
pedido, reí interiormente ¿Quién diría que el precio el cual tuve que pagar
para que me hiciera ese favor era una foto del bastardo sin nada puesto en la
parte superior de su cuerpo? No pude evitar agradecerle a Naruko el que me pasara
las fotos que saco en “La Casa de Veraneo Uchiha”.
Había elegido específicamente esta ventana ya que se trataba
de una habitación de huéspedes, la cual prácticamente era visitada únicamente por
las criadas.
Si, lo sé, la familia Uchiha es tan sociable.
Aunque gracias a esto fue que pude avanzar hasta este punto.
Agarre mi celular para comprobar la hora, 11:32 PM ¿tanto me
había demorado? Coloco el aparato en vibrador para evitar cualquier accidente
posible y, lentamente salgo del cuarto.
Caminaba sigilosamente por entre los pasillos, me sentía un ladrón
en mi propia casa.
La mayoría de las luces estaban apagadas, solamente estaban
encendidas las del comedor, los pasillos y el living. Pero no había rastro
alguno de la “pareja feliz”, sin dudarlo, me dirigí a la habitación del
bastardo, nada, absolutamente nada, aunque había algo lo cual llamo mi atención,
y eso fue la puerta de su cuarto abierta.
Sasuke no era descuidado, el siempre se encargaba de cerrar
con llave la puerta de su habitación (o al menos la mayoría de las veces que lo
veía salir así era).
Entonces ¿Por qué cometería un descuido como aquel?
Me dirigí hacia la habitación de mi hermana, la cual sorprendentemente
tenia la puerta cerrada, coloque mi oreja en ella para poder captar alguna
especie de sonido.
Nada, absolutamente nada.
Corrí el riesgo de abrirla levemente, comprobando que no había
nadie en ella.
Mi corazón bombeaba sangre de forma desenfrenada ¿Dónde podían
estar? Ya me ponía nervioso el estar en mi propia casa como si de un acosador o
ladrón me tratase, el no poder saber su paradero solo causaba en mí más nervios
de los que ya tenía.
¿Y si ellos no se encontraban en la casa?
Descarte esa posibilidad apenas cruzo por mi mente, si ese hubiera
sido el caso, Sasuke no tendría porque haber insistido tanto en el que yo me
fuera de la casa, sin contar de que, apenas hubiera entrado por la ventana, la
alarma se hubiera activado.
Ellos sin dudas se encontraban dentro de la casa, aunque no sabía
completamente su paradero.
Decidí dirigirme hacia las habitaciones de huéspedes, también
existía la posibilidad de que ellos se encontraran en alguna de ellas.
Abrí cada una de ellas, pero no pude encontrar nada,
absolutamente nada.
¿Dónde se habían metido?
Decidí pausar la búsqueda momentáneamente e ir a mi habitación,
esto ya se me estaba haciendo completamente agotador y, por si fuera poco, todavía
me faltaban revisar otras habitaciones las cuales se encontraban en esa área.
Repito ¿era necesario el que los Uchihas tengan casas tan
grandes?
Al caminar por el pasillo que daba a mi habitación hubo algo
que capto completamente mi atención, las luces estaban apagadas.
¿Por qué el único pasillo el cual no tenía luz era el que se
dirigía a mi cuarto?
Mi respiración comenzó a agitarse, mis manos sudaban.
¿Qué era lo que estaba pasando?
Escucho unos pequeños sonidos en esa dirección, fue en ese
momento cuando no pude evitar recordar lo que me había dicho Gaara hacia días atrás.
“¿y por qué no lo
haces? después de todo, dudo que tengan sexo en tu cama”
La última frase resonaba una y otra vez en mi cabeza, eso
era imposible, no habría razón alguna para que ellos hicieran algo como eso en MI habitación.
Mis pasos eran lentos, nunca pensé que el llegar a la puerta
de mi cuarto sería tan difícil. Veo como una luz salía del interior de la
misma.
Yo hoy me había encargado de apagarla, de eso estaba seguro.
La puerta estaba ligeramente entreabierta, tenía miedo de
mirar, no quería hacerlo ya que por alguna razón ya sospechaba lo que me encontraría.
Y él solo pensarlo hacia a mi corazón estremecer.
Pero yo era necio, yo no lo quería aceptar, no quería ver la
realidad, no quería ver como en este momento ambos gemían el uno al otro sus
nombres llenos de placer mientras se besaban en donde yo usualmente dormía.
Esto no era perverso, esto ya era morboso.
Mis piernas flaquearon provocando que estas cayeran al
suelo, pero ellos no se percataron de aquello, no, ellos estaban en su mundo,
mientras sus cuerpos se volvían uno.
Las lagrimas comenzaron a salir solas, no podía creer lo que
mis ojos estaban viendo, no, no quería aceptarlo, comencé a temblar
descontroladamente mientras sentía como algo en mi interior se rompía.
Claro, Gaara tenía razón, tal vez yo si estaba enamorado de
Sasuke.
Comencé a arrastrarme por el suelo, no tenia energías para levantarme,
mis piernas no me respondían, pero aun así yo quería dejar de ver aquello, no quería
continuar haciéndolo, era torturante, desgarrador, era mucho peor que cuando perdí
mi inocencia a manos de ese demonio, este dolor no tenia comparación alguna.
Con dificultad, logre mantenerme en pie mientras era
sostenido por la pared, aun podía escuchar los gemidos de ambos en mis oídos ¿por
que tuve que darme cuenta de mis sentimientos justo ahora? ¿Por qué quise ser
tan curioso? ¿Por qué decidí venir?
¿Por qué quise confirmar lo que ya era sabido?
No lograba recordar por cual ventana había entrado, por lo
tanto, Salí por la primera que me encontré, para luego cerrarla.
Comencé a caminar por el patio, estaba perdido,
desorientado, ya no sabía siquiera quien era yo. Quería llamar a Gaara, pero no
podía recordar su número, tampoco si lo tenia agendado, y mis torpes dedos solo
marcaban cualquier cosa en el.
Quería gritar allí mismo, golpear lo primero que me
encontrara, desahogarme de cualquier manera posible.
Quería tener sexo.
Volví a tratar de abrir nuevamente los contactos en mi
celular, solamente poseía 7, pero en este momento no tenía la capacidad de
pensar en nada, apreté para llamar al contacto el cual yo suponía comenzaba con
la letra “G”, si me equivocaba, tan solo cortaría y llamaría de nuevo.
-¿Naruto? ¿Y cómo te fue? – al escuchar su vos, no pude
evitar sentirme más miserable, no sabía porque razón, pero más lagrimas junto
con mi inentendible vos salieron solas, sin que yo lo deseara.
-Gaara-Chan ¡Tenias razón! – comencé a explotar en llanto,
mientras decía cosas que seguramente el no lograría entender, es más, creo que
lo único que pudo lograr hacerlo fue la primera parte.
Escuche como la música de fondo disminuía, para luego el
comenzar a gritarle a unas personas las cuales, seguramente, se encontraban
junto a él en este momento.
-¡¿Dónde estás?! – El grito de forma desesperada - ¡ya estoy
saliendo para allá, decime donde estas y en 10 minutos llego! – le dije la dirección
de mi casa para luego cortar.
Miraba la gran reja la cual había logrado cruzar hacia horas
atrás con gran facilidad, pero que ahora parecía una pared impenetrable, no me
quedaba otra opción, si quería reunirme con Gaara tendría que cruzarla.
Trate varias veces seguidas de hacerlo, pero no tenia las
fuerzas suficientes, hasta que en el cuarto intento logre cruzarla, cayendo
hacia el otro lado provocando algunos raspones a mi cuerpo.
Comienzo a caminar hacia la esquina de mi casa para poder
encontrarme con Gaara más fácilmente, sentándome en el suelo.
Las lágrimas no querían parar de caer, mi cuerpo no quería dejar
de temblar, y mi pecho no quería parar de doler.
¿Qué se suponía que debía de hacer con todo esto que estaba
sintiendo?
Comienzo a gritar de forma desgarradora, no me importaba que
los vecinos o incluso si Sasuke o Naruko me escuchaban, tan solo quería gritar,
quería llorar, quería descargarme, quería tener sexo.
Ya que esa era la única forma la cual conocía que me
alivianaba el estrés.
No sabría decir específicamente cuanto tiempo paso hasta que
Gaara llegara, aunque creo que el tiempo fue la menor preocupación que tenía en
ese momento.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
Durante el viaje ninguno cruzo palabra alguna
Podía decir que Gaara tenía miles de preguntas para hacerme,
pero el tan solo me dejo llorar en paz, lo cual le agradecí interiormente.
Pude notar como Gaara me llevaba sin un rumbo fijo, únicamente
tratando de que yo me tranquilizara.
-Gaara-Chan – el me miro sorprendido – quiero que me dejes
tirado en algún antro – el no podía comprender mis palabras, por lo cual
estaciono el auto al costado de la avenida.
-¿Qué estás diciendo Naruto? – levante mi vos, repitiendo lo
anterior de forma demandante.
-¡quiero ir a un antro! ¡Quiero tener sexo! – comienzo a
llorar nuevamente mientras trataba de tapar mi rostro con ambas manos,
frustradamente. Gaara comienza a zamarrearme desesperado.
-¿Por qué quieres ir a un lugar como ese? ¡El que tengas
sexo con cualquiera no podrá cambiar las cosas! – yo lo aparte bruscamente
mientras lo miraba de forma suplicante.
-Gaara, por favor, está en la única forma que conozco para
aliviar mi corazón – grite nuevamente mientras trataba inútilmente de limpiar
mis lagrimas, el simplemente me miraba, triste, como si pudiera sentir mi
dolor.
El me abrazo protectoramente mientras sentía como pequeñas
lagrimas mojaban mi espalda, nos quedamos así por unos minutos, para luego el
alejarse, volviendo a poner ambas manos en el volante.
-te llevare con unos conocidos míos, seguramente ellos podrán
darte lo que quieres – se lo veía impotente, mientras miraba hacia adelante en
un vano intento de contener su sufrimiento.
Yo simplemente le sonreí agradecido, realmente Gaara era mi
Mejor amigo.
-Gracias Gaara-Chan – y dicho esto, ambos nos sumergimos en
un largo silencio.
Este no era incomodo, tampoco tenso, sino era de
entendimiento mutuo, ya que ambos sabíamos que lo mejor que podríamos hacer en
este momento, lo mejor para ambos, seria no hablar y sumergirnos en nuestros propios
pensamientos.
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