- Home>
- Mi Distorsionado Destino 08 >
- Mi Distorsionado Destino - Instituto
Posted by : Unknown
14 mar 2014
Capitulo Anterior: Mi Distorsionado Destino - Revelaciones Parte 3
Capitulo Siguiente: Mi Distorsionado Destino - Casualidades
Capitulo Siguiente: Mi Distorsionado Destino - Casualidades
Instituto Konoha.
Así, si no me equivoco, era como se llamaba aquel lugar.
Una escuela exclusiva para gente adinerada de gran poder y
estatus económico, o simplemente, para chicos becados los cuales tenían una
inteligencia superior.
Que estupidez.
El solo pensar que estaría rodeado de gente prepotente como Sasuke, los cuales te arrebatan todo lo que es más preciado para ti con una
sonrisa victoriosa en el rostro, provocaba que me dieran ganas de vomitar.
Sonrió irónicamente.
¿A quién trataba de engañar?
Naruko se había alejado de mi lado por voluntad propia, ella
siempre había deseado hacerlo, siempre quiso separarse de mi lado.
Veo como otras personas con el mismo uniforme que yo cruzan
la entrada, pasando a mi lado mientras están sumergidos en sus propios mundos.
Este sería el lugar donde yo renacería.
Y, con ese pensamiento, me dirigí hacia la entrada.
Era un instituto normal de Japón, lo único que podría
resaltar era que estaban más limpios los pasillos y mas cuidados (obviamente
con un aire acondicionado y estufas en cada salón, pero eso era un tema aparte).
No me parecía la gran cosa.
Comienzo a seguir a la multitud de estudiantes, para luego,
terminar en un salón, el cual deduje, era el salón de conferencias escolares.
Sonreí para mis adentros, si bien mi sentido de orientación
siempre había sido pésimo, el seguir a los demás tenía sus lados positivos.
Escucho un griterío proveniente del público femenino,
provocando que me volteara para lograr entender el porqué del mismo.
Suspire, esto debía de ser una broma.
No, TENIA que serlo.
En una de las entradas de aquel lugar, venia caminando un
Sasuke junto con otros 4 chicos y 1 chica, sumándole a Naruko claro estaba.
Sin contar, que uno de los chicos los cuales iban con el
bastardo parecía su mismísima copia.
No tenía suficiente con uno, y ahora venían 2.
Está bien, debía de admitir que ellos eran de mi tipo, pero
¿realmente era necesario tener un grupo de chicas rodeándolos a gritos?
Sinceramente, las mujeres son raras, sin ninguna duda.
No me sorprendería para nada el que alguna de ellas quisiera
trabajar como criada en nuestra casa o, al menos, que lo hubieran intentado.
Agradecía interiormente el no haberme subido junto a ellos
en el mismo auto para ir al instituto a pesar de las quejas de Naruko.
Luego de eso, la ceremonia de apertura se llevo a cabo.
Una chica, la cual sus cabellos tenían un color
exageradamente rosa, nos dio una charla alegando ser la presidenta del consejo
de estudiantes.
Al parecer, no era obligatorio el estar anotado en un club
después de clases, lo cual agradecí interiormente.
Al terminar la misma, cada uno subió a sus respectivos
salones, no sin antes claro estaba, pasar por la “planilla de ubicación”.
Esta te permitía saber en qué sector estaríamos y, por lo
que había leído en uno de los volantes que me dio Minato sobre esta escuela, el
posicionamiento de los estudiantes era relativo a las notas del mismo.
Aunque yo me cuestionaba internamente el cómo me
posicionarían ya que no hice un examen de ingreso, trate de no darle mucha
importancia al asunto.
Comenzó a buscar mi nombre, hasta que lo encontré.
Uzumaki Naruto Salón 2-A
Una vez logrado mi objetivo, no pude evitar que mis ojos se
desviaran.
Uchiha
Sasuke Salon 2-S
¿S?
¿Había sección S?
Namikaze Naruko Salón 2-S
Al parecer si, si existía el sector S.
Suspire derrotado, ni siquiera podría estar en el mismo
sector que ellos.
Aunque muy a mis adentros estaba agradecido, quien sabe cómo
me sentiría el no solo verlos coquetear dentro de la casa, sino también dentro
de la escuela.
Veo a una chica rubia la cual le pregunte la ubicación del
salón 2-A, la cual me respondió gustosa.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-..-.-.-.-.
Las clases fueron extremadamente aburridas, la primera fue
de literatura, enseñada por un tal Kakashi, el cual, por si fuera poco, nos
mantuvo esperando 30 minutos, para luego sonreír despreocupadamente y comenzar
con la clase.
Por su físico y el contorno de su cara, podía deducir que se
trataba de alguien MUY interesante, era una lástima que tapara la mitad de la misma
con una bufanda, sin contar, claro estaba, su habito de dejar esperando a la
clase.
Porque yo estaba más que seguro que esta sería la primera,
pero no la última vez que nos dejaba esperándolo.
La segunda hora fue de Química, con un profesor llamado
Orochimaru y su asistente Kabuto.
En lo personal, tratare de mantenerme lo más alejado a
ellos, sobre todo al cara de serpiente ya que con solo ver su mirada me dejaba muy en claro que se trata
de un pedófilo, y de la peor clase.
En la tercera, tuvimos hora libre.
¿La razón?
Al parecer, los horarios fueron mal organizados, mezclándose
nuestra hora de matemática, con la de otro curso.
Realmente, las escuelas son todas iguales, no importa cuánto
dinero inviertas en ellas.
Desvió mi mirada hacia mi compañero de banco, un chico
pelirrojo de ojos verdes.
Su mirada era algo atemorizante y, si le agregamos el
tatuaje con un kanji que dice “Amor” en la frente, cualquiera no dudaría en
pensar de que se trata de un hijo de un Yakuza o de alguien con un pasado problemático.
Ese chico seria la típica persona a la cual nunca, en mi
vida, me acercaría.
Ya que el, me traería
problemas.
Pero había algo, algo en el que me recordaba a mí, aunque no
sabía cómo explicarlo.
Y esa fue la razón por la cual decidí hablarle.
-hola soy Naruto ¿tú eres? – el pelirrojo me observo
levemente, para luego, volver a mirar el cielo por la ventana.
Obviamente estaba tratando de ignorarme, pero eso era algo
que no se lo permitiría, no a mí.
-al menos podrías contestarme – volvió a mirarme para luego
decir.
-no estoy obligado a hacerlo – yo tenía razón, todos en esta
escuela eran como ese bastardo, y acá, a mi lado, tenia al bastardo numero 2.
Suspire, por decima ves en el día.
-¿acaso nadie nunca te enseño a ser cordial? – el decidió
mirarme a los ojos, con el ceño ligeramente fruncido.
Definitivamente ese comentario lo había molestado, pero eso
no me importaba, el no tenía el derecho de intentar ignorarme.
-si sabes lo que te conviene, no me hables – estaba serio, absorbiéndome
con esos ojos aguamarina tan profundos, yo sonreí.
Ahora entendía todo, ese chico me hacia acordar a mí de
niño, antes de que me violaran, cuando únicamente conocía ser maltratado por
otros.
Cuando lo único que deseaba era tener un amigo.
Bueno, a decir verdad, no había cambiado mucho desde
entonces.
-ne ¿quieres que seamos amigos? – el me miro, expectante,
como si tratara de procesar lo que había dicho con anterioridad, no lo culpo,
el que un chico de 16 años repentinamente te ofrezca su amistad como un nene de
5 años siendo que apenas habían cruzado palabras y media no era algo que se
veía todos los días.
Aunque yo no me caracterizaba por ser alguien demasiado
predecible que digamos o incluso, racional.
Al ver que yo no retrocedía a mis palabras, el finalmente me
respondió.
-¿acaso estas mal de la cabeza? – yo me encogí levemente de
hombros.
-reconozco que mi propuesta es rara, pero me caes bien, y
quiero ser tu amigo – le extiendo la mano con una sonrisa esperando su
respuesta.
El simplemente me miraba expectante, sin creérselo, pero
había algo que verdaderamente me conmovió, y eso fue un ligero destello de
felicidad y esperanza el cual fue delatado por sus ojos.
Pero aun así, pude ver desconfianza en ellos.
El me sonrió.
-Sos raro – y, dicho eso, volvió a ignorarme.
En cierta forma, me pareció alguien verdaderamente
interesante, una persona la cual podría confiar.
A pesar de su respuesta, no me deprimí, seguiría
insistiendo, ya que yo estaba seguro de que el seria mi amigo.
Tal era el caso, que no me había percatado él como los demás
nos observaban mientras susurraban entre ellos.
Realmente seria alguien que me causaría problemas.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-..-.-.-.-.-.-
Al terminar las clases, mi vecino de dudoso nombre desapareció,
sin dejar rastro alguno. Esto sin duda alguna había captado mi interés, al
parecer mis palabras habían causado un mínimo de efecto en el.
Procedí a salir del salón, para luego, salir de ese
establecimiento.
No me iría junto a “La pareja feliz”, después de todo, si lo
hiciera solamente ese sentimiento de traición volvería a aparecer en mi mente junto
a ese malestar en mi pecho el cual no lograba descifrar a que se debía.
Además, seguramente yo sería una molestia para ellos.
Demore 40 minutos en llegar a “La Mansión Uchiha”, los
cuales me sirvieron para pensar sobre muchas cosas.
Una de ellas era: ¿realmente Naruko y yo éramos tan
diferentes?
Esa duda, desde hace años, me la había planteado.
Siempre todos habían preferido estar junto a ella que estar
a mi lado.
¿Acaso era porque yo soy hombre? ¿O por estas marcas en mis
mejillas las cuales únicamente yo poseo?
No, eso no era posible, ya que aun cuando yo no las tenía,
ella era adorada por todos.
Entonces ¿Cuál era la diferencia?
Ambos somos gemelos, entonces ¿Por qué éramos tan diferentes?
No podía comprenderlo, no podía entenderlo.
¿Si yo hubiera nacido mujer, acaso, sería igual de querida o
amada como ella?
¿Por qué había nacido hombre?
Sonreí, sabía más que nadie que el plantearme todas esas incógnitas
no me serviría de nada.
Después de todo, nuestras personalidades eran más que
opuestas, ya que nuestra crianza había sido diferente.
Habíamos vivido situaciones diferentes, logramos adaptarnos
al mundo a través de diferentes métodos.
Fue algo inevitable, fue el destino el cual cada uno de
nosotros había forjado.
Comenzó a reír levemente.
¿Acaso no sería hermoso el poder destruirlo?
Capitulo Anterior: Mi Distorsionado Destino - Revelaciones Parte 3
Capitulo Siguiente: Mi Distorsionado Destino - Casualidades
Capitulo Siguiente: Mi Distorsionado Destino - Casualidades
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
0 comentarios